miércoles, 3 de diciembre de 2008

Vegia, una gran satisfacción


Eran las 18:30 horas cuando recibo una llamada de uno de mis socios.

- ¿Qué tal socio, como va eso?
- ¿No me digas que no has visto las fotos de la "Gorda"?, me contesta él.
- Que me dices, la primera noticia que tengo.

Acababa de salir del trabajo y estaba enfrascado en el atasco de todos los días... Cuidado con el de la derecha, no verá que no tiene sitio para meterse. pufff, encima está empezando a llover, hoy no me libro de perder mi hora de rigor para liberarme de la "trajedia". Un semáforo, dos, tres, ... gira a la izquierda, ahora a la izquierda otra vez, ... de frente, otro semáforo ... y trás 52 minutos de reloj, llego al garaje... Que relax, ya estoy en casa.

Impaciente, inquieto, con una sonrisa en la cara que lo decía todo antes de haber siquiera encendido el ordenador. Si alguien me viera, pensaría este muchacho está deseando ver los números de la primitiva que ha escuchado en la radio, mientras soportaba el atasco de rigor, no los ha conseguido memorizar pero tiene la sensación rara de que tiene al menos ... Pero no, el motivo de tanto nerviosismo era ver por fin el correo recien llegado de Antela, calentito, todavía echando humo, para poder ver después de dos meses a nuestra "Gorda".

Lo de siempre, cuanto más deprisa, más despacio, ¡no me lo puedo creer! el router está caído, otros 5 minutos hasta que consigo solucionar los secretos de una ciencia llamada informática mezclados con la "Ley de Murphy".

Por fin estoy delante del correo, allí esta el mensaje por lo que veo el regalo es magnífico, por el peso que tiene. Abro una, otra, otra ... hasta la última, mi cara es el espejo de mis sentimientos en ese momento, tristeza contenida pero a la vez emoción, no soy capaz de entenderlo, tampoco de explicarlo.

Recuerdo aquella primera vez que la vimos allí, en su nuevo entorno; ella ya lo conocía ..., no se sentía extraña pues antes de volver al hipódromo bajo los colores de Sol y Luna y después Digital Turf, había descansado durante unos meses tras su primer contacto con la competición en aquellas tierras que terminaron de verla crecer.

... Ahora ya soy consciente de que está en buenas manos, de lo que está disfrutando, de sentirse libre pero al mismo tiempo atendida, de agacharse una y otra vez para comer ese particular pasto de Ourense con el sello de "Galicia calidaD", que la lluvia riega estación tras estación, primavera, verano, otoño e invierno, año tras año ...

Que guapa está "la rubía", que sanota se la ve, ya se ha dejado entrar en carnes, no volvera a estar con ese aspecto de atleta al que nos tenía acostumbrabamos, pero ahora es cuando mejor me siento desde que está bajo nuestra tutela, porque sé que ha empezado a vivir la mejor etapa de su vida y está al principio de ella.

Ya hace más de tres meses que viajó, parece que fue ayer, ya se ha cruzado con un tal Wagon Master, que se muestra altivo y altanero, pero que deja caer sus ojos mirandola fijamente cuando pasa delante de ella, ¿hay química?, ... estoy impaciente por saberlo, ... lo veremos cuando el primer foal este a su lado, incordiándola y haciéndola de rabiar, trotando como un loco, dando pequeños saltos y mordisqueándola para llamar su atención.

Ahora que no está tan cerca de casa que no puedo verla tan amenudo, sólo puedo sentirme satisfecho de ella, valoro mucho más su vida de competición, sus victorias, sus colocaciones, sus carreras discretas, sus miradas a la camara cuando sentía que iba a salir en la Tele, o simplemente en una foto, ¿de uno de los grandes de la camara?, o simplemente de uno de sus propietarios.

Esto no ha hecho más que empezar ...
¿tendremos delante de nuestros ojos a una buena madre?
¿sus productos tendrán el corazón que ella tuvo y tiene?
¿nos acompañara la Diosa Fortuna para que sus hijos nazcan sanos y bien formados?
¿llegarán al hipódromo para convertirse en caballos de competición?
¿nos darán la satisfacción de verlos debutar?
y, ¿tendremos la oportunidad de verlos ganar alguna carera?

... continuará ....