jueves, 19 de febrero de 2009

La hora de la verdad ...

Cuando en el mes de Septiembre de la pasada temporada nos encontramos con la lesión de nuestra yegua, fue como un jarro de agua fría. Aún no habíamos cubierto la parte final del programa previsto, todo se nos vino encima en un suspiro.

Una mañana de sábado sobre las 8:15 horas, recibí una llamada de Roberto que nos confirmaba la peor noticia para un propietario, la yegua ha salido a galopar esta mañana, al volver a la cuadra ha comenzado a dolerse y a marcar de la mano derecha, hay una “lesión” y no tiene buena pinta, Marta está de camino, el tema parece serio. Voy para allí, en media hora me paso.
No había trascurrido ni ese tiempo y ya estábamos en La Zarzuela, cuando la vimos tumbada en su box, con aquella carita de ángel, nos deshizo, sentimos su dolor, su malestar, que se incrementaba cuando nos vio preocupados por ella. Durante algunos minutos cruzamos la mirada con ella y …, no hacía falta hablar.

Fueron momentos difíciles donde presagiamos lo peor, pese a que los primeros diagnósticos nos hacían no perder la esperanza, pero tras unos días sin mejoría, más pruebas, placas y alguna analítica, tuvimos que contemplar la real posibilidad de tener que retirarla de la competición. El dolor no lo era tanto por que no volviera a competir, sino porque irremediablemente se iba a alejar físicamente de nuestras vidas. La decisión no fue fácil y, tras varias conversaciones y reuniones en el seno de la ya extinta Digital Turf, oficializamos la noticia, fue un momento difícil, como si te arrancaran la piel.
En aquellos momentos pese a tener el consuelo de haber tomado la decisión correcta, de conocer que la yegua se había ganado su futuro en la cría, que además íbamos a tener la fortuna de poder disfrutar de ella en otra faceta, de sus hijos, quien sabe si de los hijos de sus hijos, o simplemente de una experiencia donde las luces y las sombras se unen en un camino único e irrepetible, no conseguía abstraerme de todo aquello y pensar por un momento en lo que íbamos a vivir meses más tarde, cuando llegase el mes de febrero.

A los pocos días Vegia realizaba su último viaje desde La Zarzuela, esta vez para disputar su carrera más importante, esta vez la del resto de su vida: “El Gran Premio Vamos a criar en Ourense”. Allí nos esperaban con los brazos abiertos para acogernos y recibirnos como si estuviésemos en casa, pues realmente así lo es. Algo más de un año antes, había salido de allí tal chica de provincias buscando hacerse un sitio en la capital y, tras haberse labrado un honroso y respetado currículo, volvía a su tierra como una gran mujer, para vivir sus mejores experiencias rodeada de los suyos y con la esperanza de darnos grandes satisfacciones como mamá.

El Centro de Entrenamiento de la Diputación Provincial de Ourense, es su refugio, su casa, su sustento, su ilusión, su cobijo, su forma de vida, su pasado, su presente, su futuro, lo es todo, para ella y para nosotros. Han sabido entenderla, mimarla, relajarla, reeducarla, prepararla, … para el gran momento que ahora está apunto de llegar. Solamente estamos al comienzo de un camino que aún tenemos que recorrer, en los próximos días, probablemente “El día de Carnaval” daremos el primer paso junto al mejor compañero de camino. Todo está por empezar, los nervios están a flor de piel, el respeto a lo desconocido se ha instalado junto a nosotros como compañero de viaje, la ilusión que también ha venido con nosotros, lleva aquí esperando semanas, que digo semanas, ….

Ya ha llegado, éste es el momento de la Verdad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Peor suerte corrieron las otras dos potras alazanas la hermes la palmó y lo de tienta peor aun.mucha suerte con el cigala,que en mi opinion no os merece.